La vida en el campamento de refugiados de Souda en Chíos nunca ha sido fácil debido a que sus condiciones de vida dejan mucho que desear, por el tipo de alojamiento en el que viven, las temperaturas extremas a las que se ven sometidos, la carencia de agua corriente, los fallos en el suministro eléctrico, etc. Pero en los últimos meses se ha visto agravada…
El campamento de refugiados de la isla de Chíos, en Grecia, ha sido brutalmente atacado con piedras y fuego por dos noches consecutivas. Los hechos se produjeron durante las madrugadas del miércoles 16 y el jueves 17 de noviembre. El ataque empezó el miércoles con la detonación de fuegos artificiales y bengalas creando una gran confusión, un grupo de unas 60 personas asaltó el campamento por las dos entradas, dejando a la gente encerrada e indefensa, desde lo alto de la muralla colindante se arrojaron sobre las tiendas piedras de gran tamaño y elementos incendiarios. Muchas carpas y tiendas quedaron inservibles por los daños producidos por las piedras, y una de las más grandes, que alojaba a muchas familias, fue incendiada. Los bomberos no acudieron a pesar de las llamadas, mientras que la actuación de la policía se caracterizó por la agresividad indiscriminada, utilizando gases lacrimógenos y aumentando el caos. Unas cincuenta personas fueron detenidas, entre ellos tres voluntarios, dos de nacionalidad española y una británica. Muchas personas resultaron heridas y 5 fueron a parar al hospital, incluyendo a una mujer embarazada y a un hombre con fractura de cráneo debido al impacto de una piedra. Los altercados duraron toda la noche, se produjeron mientras el campamento permanecía a oscuras por un corte en la electricidad, lo que aumentó la inseguridad. La noche del jueves se repitieron hechos semejantes, incluyendo el lanzamiento de piedras y cócteles molotov. En este caso sin la actuación de la policía.
Estos ataques fueron perpetuados por grupos fascistas, se hayan vinculados a diversas reuniones y manifestaciones de Amanecer Dorado que tuvieron lugar a partir del martes en lugares próximos al campamento. A día de hoy nadie ha pedido explicaciones al respecto, las autoridades del lugar no han actuado, y la noticia ha tardado más de 48 horas en llegar a la prensa internacional, mientras que las noticias transmitidas por algunos medios de comunicación griegos han sido cuestionadas por diversas organizaciones allí presentes, ya que culpaban a los refugiados de las agresiones que ellos mismos han sufrido. Todo esto se sitúa en un marco de rechazo hacia el campamento por parte de algunos sectores en la isla.
Si la situación de los refugiados ya era mala, desde el momento en el que tuvieron que escapar de sus países debido a las guerras y conflictos armados, ahora es mucho peor. La vida en el campamento de refugiados de Souda en Chíos nunca ha sido fácil debido a que sus condiciones de vida dejan mucho que desear, por el tipo de alojamiento en el que viven, las temperaturas extremas a las que se ven sometidos, la carencia de agua corriente, los fallos en el suministro eléctrico, etc. Pero en los últimos meses se ha visto agravada, desde que la UE firmara en marzo un pacto con Turquía, conocido como “el pacto de la vergüenza”, por el que se rechaza la concesión de asilo contemplada en los Derechos Humanos, y se establece que todas las personas llegadas a Europa serán deportadas a Turquía, miles de personas se han quedado varadas en Chíos, sin poder avanzar hacia la Europa continental, esperando un futuro incierto. Para colmo, en los últimos días han sufrido graves ataques, corriendo sus vidas peligro una vez más, ahora se sienten muy inseguros. No sabemos si los ataques se repetirán en los días venideros, pues no es la primera vez que se producen, con anterioridad ha habido otras agresiones tanto para los refugiados como para los voluntarios, por ejemplo la cocina de Zaporeak Proiektua fue atacada en agosto. Desconocemos también como se va a gestionar ahora el campamento, pues se haya destrozado y actualmente la presencia de ONGs y otras organizaciones es muy escasa.
Con este comunicado queremos hacer públicos los hechos, denunciarlos, exigir una solución y hacer un llamamiento a la solidaridad con estas personas.
Ainhoa Agós Díaz, voluntaria en Chios en los meses de octubre y noviembre.